Líbano. Heridas abiertas, heridas imposibles de cerrar. La necesidad de continuar viviendo, de convivir, y la incapacidad de apagar el dolor, dolor en ambas partes. La chispa: el insulto.
Ambos con su parte de razón, y ambos, resistiéndose a que el huracán de la guerra defina sus identidades, se afirman negándose a dar marcha atrás. Ninguno de los dos, en realidad, son el Mal: Es la guerra. Podría decirse mucho más.
Ver esta película debería ser una obligación. Tienen el tráiler en el enlace.
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