Sus proezas aeronáuticas le dieron a conocer al gran público, haciendo de su fama un arma propagandística. El «Diablo Rojo» fue un verdadero «as» de los cazas. No todos los oficiales leales fueron incapaces o traidores, y no pocos combatientes del bando nacional se alegraban cuando eran vencidos alemanes o italianos. Porque en ambos bandos se enfrentaban españoles.
Queda mucho por descubrir y debatir, y debe hacerse con todos y por el bien de todos.
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