Aproximación al Hermetismo. Por Mutsotoku.

Hay una idea sencilla en las enseñanzas herméticas: Dios es una gran mente. Todo lo existente es un pensamiento en el interior de la mente de Dios. Nuestra mente está hecha a imagen y semejanza de la suya, y por ello, si la liberamos de las limitaciones del cuerpo físico, podemos experimentar la mente de Dios. El Ser Humano fue creado con el propósito de alcanzar este objetivo, es, por tanto, nuestra meta espiritual.

La Filosofía Hermética sitúa al Hombre en el centro de la Creación, el Hombre es un alma inmortal que, mediante el renacer, puede convertirse en Dios. Nos dice Hermes que debemos apreciar la belleza del Cosmos y comprender las leyes fundamentales que lo rigen para conocer la mente de Dios. Algunos autores, algunas corrientes, las denominan Leyes de la Naturaleza, y es algo aceptado que la Filosofía Hermética es la llave que abre las puertas de las enseñanzas ocultas.

No se conoce el significado del término Kybalion, donde se recogen las enseñanzas que constituyen los principios básicos del arte de la Alquimia Hermética, que trata sobre el dominio de las fuerzas mentales, concretamente, de la transmutación de una clase de vibraciones mentales en otras. En él se dice:

“Los principios de la Verdad son siete: el que comprende esto perfectamente, posee la clave mágica ante la cual todas las puertas del templo se abrirán de par en par”.

Son los siguientes:

  • Principio de mentalismo.
  • Principio de correspondencia.
  • Principio de vibración.
  • Principio de polaridad.
  • Principio de ritmo.
  • Principio de causa u efecto.
  • Principio de generación.

En una próxima entrega los explicaremos, y en la siguiente compararemos estos principios con la Leyes de la Naturaleza.

Por último, un par de informaciones. La Tradición asegura que en cada edad un pequeño grupo de hombres mantiene intacto el Conocimiento Hermético, y nos enseña que estas fueron las últimas palabras de Hermes:

“Sabias palabras, pese a ser escritas por mi mano decrépita, imperecederas seáis a través del tiempo, imbuidas de la medicina de la inmortalidad por el Todopoderoso. No os dejéis ver ni descubrir por todos aquellos que vienen y van, deambulando por las tierras baldías de la Vida. Permaneced ocultos, hasta que un cielo más viejo dé a luz seres humanos que sean merecedores de vuestra sabiduría”.

Somos La Resistencia.

 

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