El gobierno democrático español dispone en 1936 de un ejército moderno y operativo, creado casi de la nada. Guadalajara no fue la primera ni la última victoria de ese ejército, al servicio de un gobierno que debe someterse a unos principios de actuación que su adversario no; también puede achacársele a este gobierno que cuando una potencia extranjera asesinó a civiles inocentes no declaró la guerra a ese país.
En el enlace un sencillo reportaje sobre esta batalla.
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