Rebautizar la mentira

 

Y su nuevo nombre es Posverdad. Toma ya, diría el castizo. Simplemente afirmar que “estamos instalados en la era de la posverdad” supone alimentar el hecho dramático de que se nos miente, estamos manipulados. Perversos eufemismos para vestir una mentira que no es casual, obedece a determinados intereses. Algunos que van de intelectuales fabrican palabras que convierten en productos, y el creador-vendedor-divulgador-servidor (sobre todo lo último) hace caja en la medida de sus habilidades o el valor de los servicios prestados; los hay de altísimo nivel, se ha llegado a declarar-descubrir-decidir el Fin de la Historia. Que cosas, diría el castizo.

Lo valioso es La Verdad.

Hay un grupo que se relaciona a través de la red. Están organizados. No tienen líder. Sus archivos sólo son accesibles en la Deep Web. En los intercambios de ficheros los datos están encriptados. Se accede por riguroso apadrinamiento. Deben tenerse excelentes conocimientos y firmes principios para ser admitido. Investigan las materias y un comité de analistas debate y extrae conclusiones. Ambicionan saber La Verdad. Ya no se ocultan, saben que el Sistema les ha detectado, y ya no son secretos, son discretos. Se autodenominan Buscadores de la Verdad.

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