Era lo que pedía Zweig en su nota de suicidio. El Mal se llevó su mundo y lo dejó en el limbo de una nada imposible de aceptar, no cabía pacto con la Realidad surgida del infierno de la guerra. Disponen de varios enlaces a través del que ofrecemos, pues su figura parece haber resurgido, pero nunca se fue, y siempre permanecerá.
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