Los pobres son los débiles, y los débiles sufren en la guerra, y aquella guerra fue La Guerra. Atroz pavorosa terrible trágica infierno. Qué importa como la califiquemos. El Mal absoluto. En la Alemania de Hitler se desarrolla esta película de amor, esperanza, dolor y libros, con La Muerte como actor invitado y burlón.
Como conocedores de la época, os aseguramos que está bien ambientada y que la historia es creíble, aunque algunos artificios narrativos le dan un aire de cuento que se agradece y nos indican que estamos ante una ficción. Una huérfana de padres comunistas llega a un humilde hogar de acogida a finales de los años treinta, donde malvive al límite de la subsistencia un matrimonio sin hijos. El nazismo y la pequeña comunidad, la educación, la pérdida y el miedo, la valentía de la familia al acoger a un judío en cumplimiento de una promesa, los bombardeos, y otros aspectos que no os desvelaremos aquí, hacen de La Ladrona de Libros una magnífica película.
Lejos de la propaganda con la que se criaron los nacidos en los cincuenta y sesenta, vemos que la mayoría de los alemanes, como otros pueblos, fueron en su inmensa mayoría víctimas.
Una observación enigmática… Hay que Pensar, los Dioses juegan con nosotros. Piensen y compartan en nuestra web, cuando la niña aprende a escribir su padre le insiste:
ESCRIBE.
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