Traemos esta semana unas anotaciones, impresiones extraídas de un libro en particular: “Budismo y psicología junguiana”, que puedan conducir al lector a la reflexión sobre como tradiciones históricas, religiones y modernas líneas científicas (en este caso la psicología), pueden tener puntos en común, quizá complementarse, desde el pensamiento de una mente abierta. El sólo ejercicio de hacerlo, con independencia de llegar a conclusiones, es algo enriquecedor intelectual y espiritualmente, y nos puede acercar al conocimiento de la verdad, o hasta ella.
Como algo personal que es, y para quien desconozca por completo al autor, queremos transmitir lo que a nosotros nos interesó, como la Individuación: que para Jung consiste en la integración del consciente y el inconsciente del ser humano.
También reflexiona sobre el Karma, y por tanto la reencarnación, sin que aquí vayamos a afirmar que creyera en ella. En concreto, nos llamó la atención su afirmación de que aceptar el Karma no significa estar atado a él, algo que ya explicamos aquí cuando escribimos sobre la ley natural de causa y efecto.
Con respecto al ego, nos parece interesante su punto de vista en referencia al desplazamiento del centro de gravedad psíquico, centrado en torno al ego, hacia una condición psíquica que no sea egocéntrica, sino excéntrica (lo cual supone dar por hecho que el centro de la conciencia es un estado de flujo). En este estado de mente excéntrico ¿se pueden experimentar imágenes, visiones, sensaciones de otras vidas?
Nada más, sólo unas letras para dar a conocer nuestra curiosidad intelectual por Jung, algo que esperamos que compartan.
Somos La Resistencia.
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