Os traemos un ejemplo de la observación incisiva de la actualidad por parte de Javier Marías. Autor de una obra extensa y valiosa, de incuestionable talento, amado, y polémico. Diríase, coloquialmente, que no tiene pelos en la lengua el Marías articulista. Sus fieles acudimos a él cada domingo, abrimos la recámara, la alimentamos con sus palabras, y con el suspiro alardeador del que está de vuelta de todo nos decimos “algo hay que hacer”. Lo hacemos, cuñados y vecinos a lo largo de la geografía patria (desdeñosos a pesar de ver reposar nuestra mano en la culata), reciben el impacto de los argumentos marianos a poco que comiencen a vocear las cantinelas políticamente correctas y las consignas interesadas. Soplamos el cañón humeante de nuestro revólver y, mientras el impertinente hocica, concluimos ante la silenciosa concurrencia: “alguien tenía que decirlo”.
En esta andanada, el académico reflexiona sobre la mala leche (sobre todo entre escritores) y alza la voz ante las quejas por la burla gaditana a Tabarnia…
En serio, léanlo.
Si lo deseas, puedes dejar tu comentario pulsando en el título de esta entrada. Esperamos tu opinión.