En nuestro repaso a la “historia” del Hermetismo, nos quedamos la semana anterior en la caída de Florencia.
Los eruditos herméticos que habitaban la República se diseminaron por Europa y recibieron el nombre de “Quinta Esencia”. En Inglaterra, por ejemplo, tuvieron gran influencia en la corte de Isabel I. El astrólogo de la reina, John Dee, tradujo las obras herméticas al inglés, era visitado por sabios de toda Europa y viajaba con frecuencia a Praga. Por entonces, en la corte de Rodolfo II hallaban asilo eruditos herméticos, filósofos, rabinos judíos y científicos. Sería momento para hablar de la “aparición” de la Alquimia, que significa “de Egipto”, pero lo dejaremos para una ocasión en que nos centremos específicamente en ello.
A mediados del siglo XVII se comenzó a cuestionar la autenticidad de los textos herméticos. En 1614, Isaac Casaubon demostró que procedían de los siglos II y III de nuestra era, en un intento de desprestigiarlos con la aprobación y ayuda de la Iglesia. Los textos fueron condenados al olvido al ser considerados falsificaciones. Casaubon llevaba razón, pero esto no disminuía la sabiduría implícita en ellos (que lógicamente debía tener un origen) ni su influencia en grandes y poderosos hombres.
A partir de aquí podríamos continuar exponiendo hechos aceptados históricamente (no necesariamente ciertos) y especulaciones con un mayor o menor grado de verosimilitud y coherencia con los hechos aceptados. No entramos en un terreno rodeado de brumas, estábamos ya en él.
– ¿Que influencia tuvo en el ideario de La Ilustración el Hermetismo?
– ¿Que influencia, por tanto, en los acontecimientos políticos?
– ¿Podemos encontrar el rastro del Hermetismo en las Sociedades Secretas que nacieron por toda Europa, buscaban esta sociedades el Bien de la Humanidad?
Véanse un par de ejemplos para valorar desde qué fuentes y bajo qué luz se interpretan dichas fuentes, pues es un hecho que el Hermetismo es parte integrante e influyente en el pensamiento occidental. El “Timeo”, obra escrita por Platón en el siglo V a.c. incluye doctrinas de astrología y reencarnación, y es que un siglo antes Pitágoras viajó a Egipto, donde pasó veintidós años. Platón adquirió tres libros escritos por Pitágoras basados en la religión egipcia, y los adaptó al “Timeo”. San Agustín de Hipona, influyente teólogo del siglo IV, conocedor de Hermes, escribe en las “Retractaciones”: “La Religión Cristiana existía entre los antiguos, y nunca dejó de existir desde el comienzo de la raza humana al advenimiento de Cristo, momento en que empezó a llamarse Cristianismo”. Con lo que podemos comprobar cómo Hermes influyó en nuestro pensamiento y en nuestra religión.
Recuerdo a los lectores una idea que ya expusimos: es El Poder quién dispone de los conocimientos y la información, que transmiten de generación en generación, porque estos conocimientos, y sería baladí explicarlo, son un pilar de su capacidad para esclavizar a La Humanidad. Por ello, los hombres, que paso a paso vamos despertando, debemos saber.
En el próximo artículo explicaremos brevemente las ideas herméticas.
Somos La Resistencia.
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