Para el autor colombiano, la novela tiene la capacidad de convertirse en un instrumento de conocimiento de la verdad, quizá del único posible, pues la distorsión de lo real al que nos someten hoy día las redes sociales (con su enorme difusión y por lo tanto poder de “creación” de la realidad), dan un nuevo valor, un valor añadido, a la novela como reflejo de lo real, por su necesidad de cuidada elaboración de lo narrado, por la obligatoriedad de elección de un lenguaje en consonancia a lo narrado.
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