No puede haber reglas diferentes en una sociedad que pretenda estar cohesionada. Es miopía, cuando no ceguera, permitir que se nos llene el país de sinvergüenzas que vienen a que a los que trabajadores honrados los mantengan, no son adorables todos los niños por ser niños, no se merecen todo nuestro cariño y respeto los ancianos por ser ancianos.
Es de estúpidos, cuando no malvados, cerrar los ojos ante el drama de una familia trabajadora, humilde y joven con niños, o de unos ancianos humildes a los que se le meten pared con pared una familia 20, un piso patera con 50 empadronados y, simplemente, ya no les dejan vivir. Y no podemos pagarlo, ojalá pudiéramos traer la paz al mundo, pero no tenemos dinero para hacerlo.
Esta es la realidad: utilizando resquicios de la ley, se meten y no hay quien les eche. Tienen un artículo en el enlace.
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