Con diez años para poder reflexionar sobre lo ocurrido, el historiador británico presenta su recién traducido libro sobre la crisis de 2008. Entonces nadie lo vio, o sí lo vieron (algunos) que no fueron escuchados: nadie podía parar la riada de dinero para algunos que, cuando llegó el desastre, siguieron ganando dinero; perdieron los perdedores de siempre. Lean en este artículo lo bien que lo hicieron instituciones, bancos y países, todos preocupados por los ciudadanos.
Que tranquilidad contar con el mundo anglosajón, el protestante y el noreuropeo. Lo tienen en el artículo.
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