La tentación del éxito, el poder de la vanidad, la defensa de los culpables: culpable cuando así se demuestra. Pero ¿en qué posición se sitúa tu abogado?
El delincuente tiene derecho a la mejor defensa que se pueda pagar, luego no somos iguales y, precisamente, la posesión de medios para ello, le puede librar del justo castigo. Justo es la palabra clave: su único derecho debería ser no recibir un castigo desproporcionado, pero jamás debería librarse.
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