“Las grandes proezas se llevan a cabo en una cálida y bienaventurada niebla mental” nos dice el autor, tan aficionado a situar a sus personajes en situaciones donde deben demostrar su auténtico valor y rectitud moral frente a la adversidad.
En esta novela el protagonista es sorprendido por un extraño que irrumpe en su vida, destruye su paz interior y le exige una respuesta moral. Todo en un ambiente de lo más conradiano.
En el enlace disponen de una curiosidad: Borges recitando su poema “Manuscrito hallado en un libro de Joseph Conrad”.
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