Así bautizaron sus tropas a Gonzalo Fernández de Córdoba, y sus enemigos. Estiró a niveles heroicos los exiguos recursos que los Reyes Católicos pusieron en sus manos, frente al pozo sin fondo que era el Reino de Francia, cuya capacidad demográfica era muy superior a Castilla y Aragón juntas.
El general castellano se enfrentó así en la mayor parte de los combates a fuerzas superiores. Garellano fue la última batalla que dirigió personalmente, una victoria.
Lo tienen en el enlace.
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