La única cuestión es el Cómo. Y lo primero definir los Principios. Podemos (este es el podemos trascendente, no el que ustedes piensan) y Debemos. Este artículo, a estas alturas (estamos en 2019, lector) aun horroriza y uno no lo vivió ni tiene ese tipo de experiencias en el círculo más cercano, aunque sólo debo ampliar unos centímetros ese círculo, lector, y ya tengo una en mi propia familia, una experiencia muy muy parecida. Muy parecida. Yo creo que no debe olvidarse, cuidado, digo olvidarse, con lo cual imaginen a los que sufrieron lo relatado en el artículo.
Somos la generación que puede y debe cerrar la cicatriz y, cuidado, mantener siempre en nuestras cabezas y corazones esa cicatriz: con dolor y con el orgullo de la herida cerrada pero jamás olvidada. “Nosotros, hijos de los vencedores y de los vencidos” es una frase de este artículo donde dos españoles, y hubo muchos más, en circunstancias realmente duras, empezaron a trabajar por una auténtica reconciliación nacional, nacional de nación, de España, el país que tenemos y el que, con todos sus defectos nos ha hecho posibles, pero también con sus virtudes. Lean el artículo.
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