De resistir perdiendo guerras, arruinados y amparados tan sólo en apariencias falsas y perseguidos por ruinas prudentemente silenciadas (que condujeron a la postre a la revolución), Francia se queda con España como si de una colonia se tratase, sin disparar un tiro; ni ellos se lo creían.
Pero no eran “ellos”: eran los borbones, porque el mundo, entonces y ahora, pertenece a un reducido grupo de familias.
En el artículo que ofrecemos en el enlace se exponen las consecuencias de hechos como el señalado.
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