Les recomiendo esta sorprendente película cubano-soviética, dirigida en 1964 por Mijail Kalatozov. Soy Cuba nace como un instrumento de propaganda del régimen soviético, interesado en extender las ideas revolucionarias por todo el planeta. Es un intento de poema épico que queda frustrado ya que no fue bien recibida ni por el público cubano, ni por el ruso; por ello fue olvidada en los archivos de sendas filmotecas hasta que Martín Scorsese la descubre y, apoyado por Francis Ford Coppola, lanza una campaña para promover su redifusión.
La película consiste en cuatro historias cortas sobre el sufrimiento de la gente cubana y sus reacciones. La primera historia muestra las masas cubanas indigentes puestas en contraste con el esplendor en los casinos para estadounidenses y la prostitución en La Habana de los últimos años de Batista. La historia siguiente narra la quema de un campo de caña de azúcar cuando el campesino descubre que va a perder su tierra en favor de una multinacional. La tercera historia describe la represión de estudiantes universitarios rebeldes. Por último, la parte final muestra a granjeros que ayudan a los barbudos en la Sierra Maestra, conduciendo en última instancia a la marcha triunfal en La Habana para proclamar el triunfo de la Revolución.
La película destaca por su fotografía y por sus constantes planos largos. Excepcional el del entierro del estudiante abatido en la revuelta de la Universidad de La Habana.
En 2005, el brasileño Vicente Ferraz hace un documental sobre la película, donde entrevista a muchos de los protagonistas. El documental se llama: El mamut siberiano y en España Cameo ha editado juntas ambas producciones.
Como digo todo un descubrimiento, eso sí, solo apto para cinéfilos o para interesados en la política del otro lado del telón de acero.
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