Me refiero para los intereses de los ingleses, que tienen su moneda, moneda que si hubiéramos tenido nosotros hace diez años, diez años sólo, no lo olviden, quizá habría evitado que tantos españoles, tantos, créanme, hayan pasado MISERIAS, quizá habría evitado que tantos españoles, tantos, créanme, se quedaran sin NADA, y quizá habría evitado que nuestra deuda creciera del 65 al 100% del PIB; deuda que pagaremos todos los españoles. “Desconocemos qué monstruo puede esconderse en el laberinto del Brexit…” escribe el articulista.
Hay otro quizá: el que plantea la cuestión de qué es mejor para España, para la que habrá que inventar un palabro acertado: ¿qué seremos, bajo la bota económica alemana y el yen chino?
Pronto lo sabremos.
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