Está dividiendo al país y desconcertando al mundo con su política errática e, inherentemente, peligrosa; aunque la política exterior estadounidense no cambia, siempre es la misma. Un presidente ignorante y de formas taberneras (pero no tonto), lo más alejado de la moderación, algo necesario mientras más alta responsabilidad se tiene.
De constructor chapucero y empresario fullero hasta el despacho oval. Confiemos en los mecanismos de control de la democracia más avanzada del mundo, porque el personaje es peligroso.
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