El Gran Corso pidió a su cuñado Joaquín Murat, enviado a tomar Madrid, que despachara y desmontara camino a Francia todo objeto valioso que hallara en los palacios para sufragar los gastos de la ocupación. Vinieron a dominarnos y a robar. Me hace gracia las películas de la II guerra mundial donde los cultos franceses protegen sus tesoros (artísticos o no) del malvado expolio nazi.
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