Hermetismo. Por Mutsotoku.

Los textos herméticos son una colección de escritos atribuidos a Tot, un mítico sabio del antiguo Egipto transformado en dios por su sabiduría. A Tot se le atribuye la creación de la escritura jeroglífica y, según la tradición, fue quien reveló a los egipcios los conocimientos sobre astronomía, geometría, arquitectura y medicina. Los griegos identificaron a Tot con su dios Hermes y, para distinguirlo del egipcio, lo calificaron como trismegisto, tres veces grande. Con respecto a los textos herméticos, debe señalarse que han ejercido una poderosa influencia en la historia del pensamiento occidental, así como en los pensadores islámicos, y la tradición esotérica judía identifica a Hermes con su misterioso profeta Enoc.

Son textos envueltos en misterio, pero se puede asegurar que su origen se encuentra en la antigua filosofía egipcia. Las copias de las que se dispone en la actualidad están escritas en griego, latín y copto, y fueron recopiladas en Alejandría en los siglos II y III d.c. Debe recordarse que en su apogeo la Biblioteca de Alejandría llegó a contener medio millón de manuscritos, y que la edad de oro de esta ciudad del conocimiento llegaría a su fin con el Sacro Imperio Romano, cristiano e intolerante.

A partir del siglo V los eruditos rechazados por el imperio se refugian en la cultura árabe emergente, llevando consigo los escritos herméticos: doscientos años más tarde los musulmanes crearon un imperio cuyos saberes y logros científicos fueron insuperables. Alcanzado este poder, también el Islam tendió a una ortodoxia excluyente, y se deshizo con violencia de los “herejes”. A causa de la intolerancia, los propietarios de los textos herméticos abandonan el Islam y llegan a Florencia en el siglo XV, propiciando de nuevo un gran florecimiento cultural. Un joven erudito griego llamado Marsilio Ficino traduce los textos: comienza el Renacimiento. En pocos años, la imprenta difunde por Europa el “nuevo” conocimiento… y en 1492 la Iglesia, con ayuda del rey francés, aplasta la República de Florencia.

En una próxima entrega completaremos la historia de los textos, para terminar esta serie de tres artículos hablando sobre ellos.

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