La tradición palestina de entregar las invitaciones de boda en mano, casa por casa, es el original hilo conductor de esta película de la joven directora Annemarie Jacir, a la que las autoridades israelitas le tienen prohibida su entrada en su Cisjordania natal.
Retrato actual de una sociedad y de un país, donde el eterno conflicto político convive con el más tradicional e internacional de las diferencias generacionales entre un padre divorciado y abandonado que se aferra a sus raíces y un joven hijo que vive en Roma, que no comulga con las tradicionales ideas de su padre y que solo ha vuelto para la boda de su hermana. Una cinta que habla de reconciliaciones sociales y familiares y que no elude abordar la realidad de una sociedad que cohabita en un equilibrio imposible y precario.
Una bonita y original historia que nos sorprenderá ya que se mueve sin estridencias entre el drama de una nación sin estado y de sus gentes y el costumbrismo de tradiciones rígidamente asentadas.
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